Ely del Valle

La AP-6 de la política

La Razón
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El próximo día 17 se abrirá de nuevo a la política activa el Parlamento catalán con el nombramiento del nuevo/a presidente/a de la Cámara. El asunto no es menor porque como muy bien ha repetido estos días Arrimadas, dejar de nuevo la mesa del Parlament en manos del independentismo es arriesgarse a que el reglamento vuelva a saltar por los aires a la mínima. Una vez que parece inevitable que la presidencia de la Generalitat vuelva a manos de quienes han armado todo este guirigay – si es que consiguen ponerse de acuerdo, que eso está todavía por ver– lo lógico sería que quien ha ganado las elecciones pudiera presidir la mesa, pero ya se sabe que si hablamos de Cataluña la lógica no es lo que suele imperar. La clave estará en lo que vayan a hacer ERC y JuntsxCat con las ocho ausencias que en principio dejarán sus diputados fugados o presos.

Si esos huecos no se cubren haciendo que corran las listas, será en CPodem el que tendrá en su mano la última palabra y aún así no parece que esta vaya a decantarse por Ciudadanos a quien ha colocado en el top one de sus rivales políticos. Las posibilidades por lo tanto de que quién presida la Cámara pertenezca al bando constitucionalista es prácticamente ninguna. Por lo que se refiere a la presidencia de la Generalitat, la cosa también se presenta peliaguda: ni Puigdemont está dispuesto a dejar que Junqueras le coma la merienda, ni Esquerra Republicana de Cataluña bate palmas de alegría ante un gobierno manejado por control remoto por un señor que lleva más de dos meses zampando mejillones mientras su Oriol está a dieta de rancho carcelario, así que en estos momentos nada se puede descartar, ni siquiera unas nuevas elecciones en una autonomía que cada vez se parece más a la AP-6 en un día de Reyes.