Política

Francisco Marhuenda

La farsa final del soberanismo

La farsa final del soberanismo
La farsa final del soberanismolarazon

Rajoy hizo gala ayer de una cordial frialdad institucional en su encuentro con Mas. La esperpéntica situación no dejaba margen para ningún gesto de afecto hacia un político que intenta sobrevivir a la ciénaga hedionda en que se ha convertido el legado de Pujol. El «hereu» quiere desviar la atención ante el mayor escándalo de corrupción que ha vivido Cataluña. Mas no era una figura menor del pujolismo, ya que fue el hombre de confianza del ex presidente y fue cooptado por la familia para mantener el legado. Ahora resulta que no sabía nada. Nadie sabía nada mientras que los Pujol constituían la que podría ser la mayor fortuna de Cataluña. Hasta la hermana de Jordi Pujol i Soley está estupefacta ante la historia de la herencia paterna. Es tan increíble que nadie se puede tomar en serio semejante esperpento. Es un ocaso patético para quien fue la figura más importante de la historia reciente de Cataluña. El referente ético del nacionalismo y símbolo del proceso soberanista ha quedado reducido a un defraudador, un mentiroso y el tiempo nos dirá si el capo de una trama corrupta que sustrajo centenares de millones al erario público. Es realmente triste. Lo escribo como uno más de los millones de catalanes que nunca imaginaron que Pujol pudiera ser un corrupto. Durante décadas cubrí la información en Cataluña, le hice numerosas entrevistas y asistí a sus ruedas de prensa. Es cierto que mantuve profundas discrepancias sobre su gestión al frente de la Generalitat y su nacionalismo, que siempre consideré la antesala del independentismo, pero no me importa reconocer que le respetaba. Hoy siento bochorno como catalán. No entiendo que Mas no sienta vergüenza por haber sido su conseller en cap y luego el heredero de su legado. No puedo entender que nadie en CiU supiera la escandalosa trama que se había generado desde el Palau de la Generalitat para robar dinero público, porque las comisiones son un robo. Y me importa muy poco el color político del protagonista. Mas llegó ayer muy debilitado liderando una formación desprestigiada por este enorme escándalo de corrupción. No basta con hablar de refundación o de que el independentismo sale reforzado, porque sucede todo lo contrario. Me pregunto qué hubiera sucedido si Pujol hubiera tenido el control de la Agencia Tributaria, la Fiscalía, la Policía y la Judicatura. Hoy la familia Pujol estaría encabezando el ranking de millonarios. Es la farsa final de un soberanismo que ha estado inspirado por la figura del ex presidente de la Generalitat. El silencio cómplice de los que eran sus fieles es un síntoma de la podredumbre del sistema.