Toni Bolaño

«La Grossa», ¿un éxito?

Soy un malpensado. Lo confieso. No suelo creerme los fuegos artificiales a los que nos tiene acostumbrados el gobierno de la Generalitat. No les voy a hablar de los fastos de 1714 ni sobre la consulta del 9 de noviembre, casualmente, día festivo en la Comunidad de Madrid que celebra la Virgen de la Almudena. No les voy a hablar de nada de esto, les voy a hablar de «la Grossa de Cap d'Any».

Nos cuentan que ha sido todo un éxito. Bueno esta afirmación es cuestión de fe. No se han agotado los números. Estaba prevista la venta de 30 millones en los boletos y se han vendido sólo 26. De éstos, unos 18,5 millones se repartirán en premios. Algunos entusiastas contarán que un saldo de 7,5 millones de euros es un resultado más que optimista. De estos supuestos beneficios, hay que descontar el diseño y la campaña de publicidad, ciertamente cuantiosa y ha alegrado las cuentas de resultados de más de un medio de comunicación, además de los gastos de elaboración de los boletos y su distribución por la geografía catalana. Conclusión: no es oro todo lo que reluce.

No sabemos los números, a pesar de la supuesta transparencia del govern, pero las cuentas arrojan más luces que sombras. De los supuestos 7,5 millones nos quedaremos con unas ganancias de calderilla. Para muestra un botón. Las previsiones de los responsables de la Grossa se situaban en tres sorteos más al año. Al final, agua de borrajas. El sorteo de Fin de Año, y punto.

Si los beneficios hubieran sido pingües, no tengan duda, se harían los sorteos necesarios. Ciertamente, la Grossa ha dado pellizcos al Sorteo de Navidad y del Niño. Eso no se puede negar porque en las familias no hay dinero para todo. Pero de ahí a afirmar que la Grossa ha sido un «exitazo» hay un trecho.

Llámenme mal pensado, pero hay un detalle que a todo el mundo se le ha pasado por alto. La única cadena de supermercados que vendía el lote de la Vía Catalana –camiseta, adhesivo y fulard por 12 euros– ,en sus instalaciones fue la Cadena Esclat. ¡Qué casualidad que el gordo haya sido vendido por los supermercados Esclat! Y que me dicen que dos consellers –Mas Colell y Puig– estuvieran en el salón del sorteo. Me pareció, simplemente, provinciano. ¿Qué hubiéramos dicho de Montoro si hubiera presidido el sorteo del Gordo? De todo y seguro que nada agradable.