Barajas
La Mancha España
Domingo 23 de diciembre, víspera de Nochebuena, aeropuerto de Barajas tres y media de la tarde. La Terminal 4 es un hervidero de gente que espera la llegada de sus seres queridos. Es la hora del reencuentro y de la llegada de muchos turistas que eligen nuestro país para descansar unos días. Lo que se encuentran, viajeros y quienes han ido a buscarles, es un auténtico vertedero. Desde hace días nadie recoge la basura y los huelguistas de la contrata de limpieza no sólo no recogen ni arreglan los lavabos que se encuentran fuera de servicio, sino que además han sembrado el suelo de recortes de periódicos y revistas que se suman a la suciedad acumulada. La primera impresión que tienen quienes llegan a la emblemática T-4 no puede ser más lamentable. Por si esto ya no fuera suficiente, un piquete de furibundos y furibundas con las pegatinas de UGT y CCOO en el pecho gritan y corean consignas contra la reforma laboral en términos insultantes y con expresiones de grosería elevada al cubo. Pura y llana provocación que quienes esperan pacientemente, entre desperdicios, a familiares o amigos tienen que tragarse. Algunos, que los increpan, reciben todo tipo de insultos y de expresiones chulescas y provocativas. Los extranjeros se encuentran no con la Marca España, sino con la Mancha España. Esa mancha que se extiende como el aceite en casi todos los sectores sociales desde que la izquierda, la política y la sindical, perdió el poder en las urnas hace un año dejando una herencia del tamaño de un agujero negro. Un niño, que ya tiene edad para leer los carteles y escuchar el vocerío, le pregunta a su padre por el significado de la palabra huelga. El padre no le contesta. Yo sí quiero contestarle desde aquí. Huelga es lo que los sindicalistas de pesebre le montan a la derecha cuando ésta llega democráticamente al poder.
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