María José Navarro
La marca
Ya saben Vds. que ahora se habla mucho de la «Marca España», un invento que se supone se ha creado para darnos fortaleza, pero que, sin embargo, demuestra la fragilidad de un caniche y la sensibilidad de un bebé lactante. Todo le hace daño a la «Marca España», mecachen. Todo excepto la corrupción, claro. Eso por lo visto le resbala a la «Marca España», mucho más erosionable por los movimientos ciudadanos y reivindicativos que por las suciedades políticas. Una quiere pensar que esta que nos quieren vender desde las oficialidades nada tiene que ver con la real. Estos días, dando una vuelta recreativa por Escocia y sus Highlands, se ha encontrado servidora a más de un español detrás de una barra. Al lado de Balmoral, la residencia veraniega de la Reina Isabel II, está el Hotel Fife Arms, donde trabajan diez compatriotas. Entre ellos Antonio, de Montilla, al que le falta tiempo para invitar a un café con su mejor sonrisa en la cara. Entrando a la isla de Skye, hay parada en el Hotel Bradford. Salva es valenciano, ingeniero industrial, jefe de obra durante mucho tiempo en su tierra. Se ha ido con su novia, Paula, y están convencidos de que la suerte no les dará la espalda porque ellos la buscarán donde esté. En Oban, una chica de Barcelona sirve pescado en uno de los restaurantes del puerto. Da la sensación de estar capacitada para llevar ella sola ese negocio, y además está contenta. Así que cree una modestamente que ésa es la verdadera «Marca España». La que defienden con dignidad todos esos jóvenes que tuvieron que dejar su profesión y su tierra y que no se permiten ni una queja. Va por todos ellos este modesto homenaje.
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