Lucas Haurie

La marcha nunca falla

Por supuesto que hay que acordarse de Jordi Llopart, primer medallista olímpico de la historia del atletismo español justamente en el Luzhniki de Moscú, Estadio Central Lenin aquella tarde de agosto de 1980. Y claro que hay que remitirse a José Marín, que inauguró el medallero nacional en los Mundiales, hace ahora treinta años, en Helsinki. Los dos pioneros, heroicos subcampeones que sólo rindieron armas ante los germanorientales Gauder y Weigel, eran marchadores, como este Miguel Ángel López al que el gran público no esperaba por un sencillo motivo: los rutilantes éxitos en multitud de disciplinas han apartado al español medio del atletismo, el más bello de los deportes. ¿Cómo puede sorprender que el quinto en los Juegos Olímpicos y el segundo en la Copa del mundo se encarame al podio mundialista?

Si el renacer del deporte rey en España ha de llegar, y Ramón Cid está dispuesto a dejarse las pestañas en el empeño siempre que Odriozola no interfiera, será a lomos de la marcha. Los caminantes sólo disputan tres de los 47 eventos que componen el programa del Mundial, pero, contando con la de López, le han reportado a los nuestros 16 de las 36 medallas que tienen hasta ahora; y mañana no pierdan de vista a Julia Takacs, madrileña de Budapest y rubia de quitar el hipo.