Historia

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La ola

La Razón
La RazónLa Razón

«La Ola». Si no han tenido oportunidad de ver esta película alemana de 2008, les recomiendo que lo hagan. La historia transcurre en un instituto alemán donde un profesor explica a sus alumnos adolescentes cómo funcionan los gobiernos totalitarios. Para ello, les plantea una pregunta: «¿Sería posible una dictadura en Alemania en nuestro tiempo?». Todos consideran que después de lo sucedido con Hitler, no podría repetirse la misma historia : «Aquí ya no puede pasar algo así. Tenemos cierta responsabilidad con nuestra historia, no de culpa, sino de aprendizaje. Ya hemos aprendido la lección». Es entonces cuando el profesor decide realizar un experimento con los alumnos. No sólo les explicará cómo funcionan los gobiernos totalitarios, sino que les hará vivirlo: cómo nace, en qué momento comienza a germinar una ideología fascista, qué chispa puede prender la mecha y cómo cualquiera, imbuido por un falso líder –el más acomplejado y frustrado del grupo–, puede dejarse llevar por un discurso elaborado desde la mentira. Poco a poco el profesor, quien con la manipulada aprobación del alumnado se erige como líder, empieza a dar forma a la palabra escrita en la pizarra: autocracia, la forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona es la suprema ley. Encuentran el nombre para su movimiento, «La Ola», un gesto a modo de saludo, un logo, un símbolo –con el que suelen tapar otros símbolos– un eslogan, un uniforme, les hace sentir diferentes y superiores al resto, hasta que llega la confrontación con el resto de grupos, de insignias, de ideas, las diferencias entre los propios miembros del grupo; y aparecen las presiones, las amenazas, los egos, la manipulación; y llega la violencia, y un iluminado saca un arma ... y la Historia entra en bucle. «La Ola». Véanla, escúchenla, digiéranla y respondan a la pregunta que plantea el profesor a sus alumnos: «¿Sería posible una dictadura en nuestro tiempo, la vuelta del fascismo?» . Esta película debería proyectarse en los colegios y en todas las instituciones. Cada frase de ese guión, cada giro, cada diálogo, es una lección de Historia. A veces, la ficción es la mejor manera de mostrar una realidad demasiado peligrosa.