Cristina López Schlichting

La trampa

Desde que mi padre acaricia Ciudadanos como opción política, he constatado el inmenso error de Pedro Arriola. Algo se está desplazando en el panorama electoral. Los votantes encontraban en el Partido Popular una defensa de la libertad de enseñanza, la vida o los acuerdos Iglesia-Estado que no se daban en otros espacios. Al claudicar en el aborto, el partido ha borrado una de sus principales señas de identidad. El consejero aúlico de Mariano Rajoy provocó la caída de Gallardón porque, a su juicio, la batalla de la vida era tan sólo cosa de un «núcleo duro», que siempre votaría PP. Lo que no calculó es que, para los católicos, el valor de la vida es un «núcleo duro» de motivación electoral. LA RAZÓN sondeó en su día a través de NC Report a los españoles y encontró que el 69% era partidario de proteger los derechos del no nacido. Además, el 51% prefería una ley de supuestos a la de plazos de Zapatero, apoyada sólo por un 24%. Ahora el Partido Popular deja en vigor la ley del anterior presidente. ¿Alguien entiende algo? ¿Es que en La Moncloa nos tienen por tontos? El PP ha cometido un grave error de cálculo. En este momento, no sólo hay un partido a su derecha con posiciones más nítidas sobre la vida (Vox), sino que también Ciudadanos es ya más sensible que Rajoy a los espinosos matices de esta materia. Alberto Rivera, que no pone en duda una ley de supuestos, afirma sin embargo: «Discrepo en dos puntos de la ley vigente: el primero es que las menores deberían al menos comunicar a sus padres el aborto (lo único que ha enmendado el Gobierno) y, segundo, que no considero que exista un derecho fundamental a abortar». Lo más grave, en efecto, de la Ley Zapatero o Aído es la definición de este «nuevo derecho», que no tiene precedentes en la legislación universal, ningún país lo contempla. Al haberlo conservado, el Partido Popular no sólo se opone a las sentencias del Tribunal Constitucional sobre la protección de la vida del no nacido, sino que demuestra profunda ignorancia e indiferencia hacia la batalla ética que se está librando en el mundo. No lo siento por Arriola, lo siento por Rajoy. Le han metido un gol. Vox y Ciudadanos lo han superado en cuanto a la defensa de la vida. Y eso es un golpe letal para el voto católico al PP. La corrupción ha cansado a las personas y hay quien sueña nuevos caminos. Papá, ya no hay razón para no considerar las nuevas e ingeniosas propuestas de otros.