Restringido

Las barbas del vecino

Seguir negando que la economía española ha mejorado sensiblemente gracias a las reformas del Gobierno de Mariano Rajoy como lleva haciendo Pedro Sánchez desde que alcanzó la secretaría general del PSOE no sólo es una mezquindad, es sobre todo un error político que no hace otra cosa que alimentar a Podemos, como demuestra la encuesta de LA RAZÓN del pasado domingo. Los socialistas no despegan y los antisistema les pisan los talones cuando no sencillamente los adelantan en algunas comunidades autónomas importantes. Y ese error no desaparece porque Sánchez haya decidido que no habla en público de la situación interna de su partido, como si con la técnica del avestruz el problema dejara de existir. Y el problema es que el PSOE puede dejar de ser la alternativa natural al PP, lo que supondría un auténtico desastre político y social para un país que necesita certezas y no aventuras, que de ésas ya hemos tenido demasiadas en nuestra historia y todas ellas acabaron en desastre. Si Rajoy tiene por delante apenas once meses para intentar una remontada que le doble el brazo a las encuestas, Sánchez tiene menos tiempo para hacerse mayor como líder de un partido con vocación de gobierno y que, con errores y también con muchos aciertos, ha llevado el timón de España durante más de veinte años. Si fuera verdad que todo el mérito de las mejoras económicas vienen del BCE y de Bruselas incluso a pesar del Gobierno, como asegura Sánchez, ni Portugal ni Irlanda habrían superado el rescate y Grecia no se encontraría a las puertas de abandonar la Unión Monetaria renunciando al euro y asomándose a un auténtico abismo si el Pablo Iglesias sin coleta que es Alexis Tsipras se convierte en el ganador de las elecciones helenas. Un poquito de sensatez debería llevarnos a mirar las barbas del vecino, no vaya a ser que aquí acabemos sin más pelo que el que le sobra al líder de Podemos.