César Lumbreras

Las ideas claras

El acuerdo sobre la nueva PAC es complicado, difícil de entender y de explicar, y supone tan sólo el primer paso en el proceso de reforma. Por eso conviene tener algunas ideas claras sobre lo que ya se ha decidido y lo mucho que está pendiente. La primera es que, hasta que no acabe el proceso negociador entre el Ministerio y las comunidades autónomas, no se dispondrá de una idea aproximada del dinero que corresponderá a cada uno de los agricultores y ganaderos beneficiarios de las ayudas; por lo tanto, toca esperar. En segundo lugar, la delegación encabezada por Arias Cañete ha conseguido dar la vuelta a la propuesta de la Comisión Europea, que era muy lesiva para los intereses españoles; las únicas demandas que no se han atendido han sido la prórroga de las cuotas lácteas y el que no se hayan incluido dentro de la relación de sectores con derecho a recibir ayudas acopladas el tabaco y el algodón, aunque sí se ha logrado una solución parcial para ellos por la puerta de atrás. En tercer lugar, y según los datos del Ministerio, España va a mantener la cantidad de dinero para apoyar al sector agrario durante el nuevo periodo, que asciende unos 47.000 millones en ayudas directas, desarrollo rural y apoyo a los mercados. La cuarta idea es que Arias Cañete ha logrado flexibilidad a la hora de aplicar en nuestro país el reverdecimiento (los cultivos permanentes lo cumplen per se) y la convergencia interna de las ayudas directas, algo fundamental dada nuestra diversidad productiva. En quinto lugar, los agricultores y ganaderos deben ser conscientes de que cambiará el esquema de reparto de las ayudas, por lo que unos saldrán beneficiados y recibirán más dinero que hasta ahora, y otros, al contrario, perjudicados. La sexta idea es que España tiene un amplio margen de maniobra para decidir la figura de agricultor activo, uno de los escollos más importantes del inminente proceso negociador y que más polémica generará.