César Lumbreras

Lo de Gibraltar

¿Qué razones han llevado a Picardo a lanzar de forma unilateral y sin previo aviso bloques de hormigón con pinchos, para que se agarren mejor al fondo, lo que ha provocado el actual conflicto con Gibraltar y con el Reino Unido? El secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, sostiene que no está justificado. En su opinión, el sitio en el que Picardo ha perpetrado otra de sus actuaciones tiene una doble protección medioambiental: por parte española está declarada «Zona de Especial Conservación (ZEC)» y, del lado gibraltareño, es «Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) por razones medioambientales». La explicación que encuentra el alto cargo español es que se quiera acabar con el caladero donde hasta hace poco tiempo se realizaban faenas de marisqueo por parte de los pescadores de Algeciras. Vamos, que las autoridades del Peñón han dado otra vuelta de tuerca, esperando que el Gobierno de Madrid cediese ante una política de hechos consumados. Como no ha sido así, Picardo ha procedido con el método habitual: refugiarse bajo las faldas del Ejecutivo de Londres. Sin embargo, creo que, aunque el origen del actual conflicto está en los bloques de hormigón, es tan sólo la punta del iceberg y que, por debajo, hay otros asuntos, desde el contrabando de tabaco hasta la consideración de Gibraltar como paraíso fiscal, pasando por la concentración de empresas de apuestas «on-line» en la colonia, para lo que necesitan medios modernos y de última tecnología, que pueden ir por tierra o por mar. Picardo es un bravucón, pero desde luego no me parece tonto. Algo de mayor calado está tramando en colaboración con los de Londres. Lo de los bloques de hormigón es tan sólo la excusa.