Ely del Valle

¿Lo piensan en serio?

La Razón
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Dice la número uno del PSC por Barcelona, Meritxell Batet, que la figura de Pedro Sánchez queda «reforzada y consolidada» tras conseguir en las generales el peor resultado de la historia del PSOE. Alucinante. Entra dentro de lo habitual que tras la celebración de cualquier proceso electoral cada cual intente arrimar el ascua a su sardina, pero en este caso, en el que los socialistas no sólo no consiguen hacerse con el millón doscientos mil votos que ha perdido Unidos Podemos, sino que, además, se deja por el camino 5 de los escaños que consiguió en diciembre, insinuar, aunque sea levemente, una sonrisa de satisfacción, es de un cinismo pavoroso. Sánchez ni siquiera puede presumir de haber evitado el «sorpasso», que es un mérito que hay que atribuir en exclusiva a Pablo Iglesias –se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo, que decía Lincoln–, a su mano izquierda, Alberto Garzón y su empeño en confundir el comunismo con el populismo, y a los celebérrimos alcaldes y alcaldesas del cambio con sus salidas de pata de banco.

Batet, que quizá también crea que ha salido reforzada después de perder hasta la camisa y dejar a su partido como cuarta fuerza por debajo de CDC, debería hacer un necesario ejercicio de humildad y dejarse de reforzamientos y consolidaciones que sólo sirven para poner aún más en evidencia el estrepitoso y progresivo fracaso al que Sánchez está llevando al Partido Socialista. Cuando estás convencido de que te van a cortar la cabeza y consigues salir vivo, a lo máximo que puedes aspirar es a soltar un suspiro de alivio. Cuando además te han arrancado las orejas, intentar vender que lo que te han salido son alas es simplemente tomarnos a todos por tontos.