Restringido

Los destrozos

Se pueden parar los destrozos, Rubalcaba dixit. En su acto de contraprogramación el sábado junto a Patxi López en el País Vasco, mientras los populares celebraban su convención en Valladolid, el todavía líder del partido mayoritario de la oposición aseguraba que ha comenzado la cuenta atrás para que el PSOE vuelva al poder y así enmendar las políticas de Rajoy que, según él, han provocado un número casi incalculable de destrozos en la vida de los españoles. Desde luego si alguien sabe de destrozos entre los políticos en activo ese es Alfredo Pérez Rubalcaba. Las decisiones que tomó el Gobierno del que él llego a ser vicepresidente fueron tan estupendas, tan guays, que estuvimos a punto de acabar como Grecia, Portugal e Irlanda, sólo que el nuestro hubiera sido un rescate en la práctica casi imposible que se hubiera llevado por delante el euro, y con él las bases de la Unión Europea. Pero de eso no recuerdan nada Rubalcaba ni los miembros de su Ejecutiva. Ahora, mientras los casos de presunta corrupción que afectan al PP no terminan de concretarse judicialmente y los socialistas, al menos los andaluces, se ven salpicados por el fango de los falsos ERE y el saqueo de las ayudas a los parados que deberían haber gestionado los sindicatos llamados de clase, CCOO y sobre todo UGT, la estrategia de propaganda del PSOE se centra en poner de manifiesto lo que ellos y sus medios afines califican como fractura dentro del partido que sostiene al Gobierno. Ya se sabe que cuando en el PP hay discrepancias es que la derecha esta punto de romperse en pedazos. Cuando esas discrepancias, cuando no puro y simple navajeo, les afecta a los socialistas eso no es más que democracia interna y la expresión de distintas sensibilidades, una de las expresiones más cursis que existen. Y siendo todo esto así, ya puede espabilar el Gobierno si no quiere irse para casa después de habernos librado del rescate y colocarnos en la senda de la recuperación. No sería la primera vez.