Enrique López

Los ingleses y el fútbol

Decía Ortega y Gasset en su «Epílogo para Ingleses», que «El pueblo inglés es, en efecto, el hecho más extraño que hay en el planeta... Por eso supo forjarse una lengua y una elocución en que se trata principalmente de no decir lo que se dice, de insinuarlo más bien y como eludirlo. El inglés no ha venido al mundo para decirse, sino al contrario, para silenciarse». Me encantaría que Ortega pudiera enviarnos una crónica desde el mas allá sobre las elecciones que se han celebrado en Gran Bretaña hace unos días. Lo que sí ha quedado demostrado es que al pueblo británico, siempre amante de la tradición, no le gustan los experimentos. Pero lo que sí supieron crear y muy bien fue el deporte más grande de la historia, el fútbol, que hoy es algo más que eso, convirtiéndose en todo un espectáculo descomunal, así como una suerte inagotable de seguidores y aficionados, que son y seremos la fuente de la que mana y manarán todos los recursos para que el deporte siga siendo precisamente ese espectáculo. Yo no voy a valorar las razones que llevan a la huelga de futbolistas animada por las federaciones de fútbol, pero lo que sí me gustaría es hace una reflexión llamando al sentido común de todos aquellos que deben entenderse. En la reivindicación obviamente laten unos legítimos intereses económicos, propios de cualquiera que genera una actividad lucrativa. Pero lo que no puede faltar en la negociación es tener presente el sentimiento de los millones de aficionados que soportan el mantenimiento del fútbol. También nos merecemos un respeto, y aunque no ostentemos un interés legítimo relacionado con la negociación, el sentimiento del aficionado es lo único que se mantiene inmaculado y se merece un respeto. Una huelga es muy grave.