Julián Redondo
Los «robobos»
Con todo por decidir en la Liga, los nervios afloran como puñales por encima de la piel, hasta situarse en un plano cenital que el dios de cada quien utiliza como armas arrojadizas. Cada partido queda menos tiempo para rectificar, el abismo es más profundo y los fallos propios adquieren nombres ajenos con más padrinos que Mario Puzo. La escabechina de Fernando Teixeira Vitienes en San Mamés –rigurosa expulsión de Otamendi y el gol del empate de Aduriz en indudable fuera de juego– ha despertado los demonios que hay en Nuno, que nada más terminar el partido advirtió: «Si alguien quiere que el Valencia no consiga su objetivo se equivoca». Luchaba por el título, aunque la pelea es por el tercer escalón.
Nuno desenfundó el revólver de la sospecha y apuntó, ¿a quién? ¿A Villar, que es de Bilbao y del Athletic? ¿A Tebas, que además es el obstáculo en la escalada de su presidente hacia la cima de la LFP? ¿A Florentino Pérez? ¿A Bartomeu? ¿A Simeone? ¿A los árbitros? Aguardamos inmediatas confrontaciones para conocer los nombres de quienes, a conciencia, adulteran la competición.
A Cristiano no le pitó Melero un penalti flagrante en Vallecas y sacó la manita del robo a pasear. Excepto Florentino, todos los supuestos señalados por Nuno también podrían ser quienes perpetran el asalto de cada jornada. Huelga recordar a Cristiano que en diciembre del año pasado Undiano Mallenco le señaló un penalti a favor contra el Celta que pasó a la posteridad como uno de los más asombrosos piscinazos de la historia. ¿Quién de todos los apuntados pretendía robar al Celta? En el fútbol, más que robos hay «robobos» indiscriminados que coinciden con los días menos afortunados de los árbitros y la proximidad de las sentencias en el campeonato. Es ley de Liga.
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