César Lumbreras

Los transgénicos

La Razón
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La propuesta de la Comisión Europea que deja en manos de los Estados miembros la decisión de permitir, o no, la comercialización de transgénicos en su territorio que se discute actualmente, está cosechando varapalos desde todos los lados. En España, la Comisión Mixta para la UE de los Cortes, señala, en un dictamen motivado, que, «la posibilidad de que los Estados miembros restrinjan o prohíban el uso de alimentos y piensos modificados genéticamente en su territorio no es conforme al principio de subsidiariedad establecido en el vigente Tratado de la Unión Europea (UE)». En el texto se indica también que esa propuesta «provoca inseguridad jurídica, costes imprevistos y rotura del mercado único. Se pasa de un sistema de garantía científica a otro donde pueden primar intereses y posiciones de carácter político o ideológico». Además, se da una situación curiosa, porque es la primera vez que desde Bruselas se intenta devolver competencias que hasta ahora era comunitarias a los Estados miembros. Es algo insólito en el proceso de construcción de la UE.

El de los transgénicos es uno de los asuntos recurrentes en la UE. Lleva años dando vueltas y, como diría un castizo, lo que «te rondaré morena». Inaplicable, contraria a las reglas europeas, discriminatoria... estos son algunos de los términos que se han utilizado para definir a la propuesta, que no ha gustado, ni a los partidarios de los transgénicos, ni a los detractores. Urge tomar una decisión definitiva al respecto. Están en juego, entre otros aspectos, las repercusiones para la alimentación animal porque cada día que pasa hay más soja y maíz transgénicos. Sin embargo, a pesar de esta urgencia no parece que el tema se vaya a solucionar de forma rápida. Hay muchos intereses en juego, los Gobiernos están muy divididos y las opiniones públicas de los Estados miembros también. Un ejemplo es España: el actual Gobierno es, en principio, partidario de los transgénicos. Si cambiase de signo, con el PSOE o los partidos emergentes de por medio, sería muy diferente.