Irene Villa

Madiba forever

Un hombre sin parangón, por el que el mundo llora en sintonía, casi sin precedentes. Imposible olvidar pérdidas también eternas, de personas maravillosas e inspiradoras como Juan Pablo II o la madre Teresa de Calcula. También son muy profundos los sentimientos respecto al asesinato del principal defensor de la no violencia, Gandhi. Pero hoy seguimos estando de luto y despidiendo a quien decía que la educación es el arma más potente para cambiar el mundo. Y es que todo empieza ahí, en ese germen que puede ser positivo gracias al amor, la compasión y la humildad, o terriblemente destructivo por culpa del rencor. Como dijo Nelson Mandela: «La gente aprende a odiar». Y es en ese odio aprendido donde radica todo el mal que se propaga en la tierra. Pero las personas no vienen con eso dentro, sino que se dejan contaminar por el resentimiento y la ira. Quizá más que pedir que no se usen armas como tributo a quien apostó por la paz, habría que poner más límites a su distribución y promover una cultura de no violencia que impida tanto dolor gratuito. Para ello es vital que se fomenten valores como la bondad y la generosidad, y el valioso legado de Madiba: sólo aprendiendo a perdonar se puede construir un mundo nuevo. Un funeral sin precedentes repleto de seguidores de todo el planeta, líderes mundiales de toda índole, casas reales... para que su ejemplo no muera nunca. Ojala surjan nuevos líderes con sus valores y grandeza, aunque por suerte, esta es una herencia que quedará para siempre.