Política

Jorge Urosa

Malabares Gómez

Malabares Gómez
Malabares Gómezlarazon

Si el señor Gómez no gana las próximas elecciones autonómicas de mayo de 2015, no tendrá problemas en colocarse en el Circo del Sol como ilusionista. Es todo un maestro en poner el foco en su mano derecha mientras saca de las sombras de su mano izquierda el conejo de la chistera.

Gómez se ha empeñado en hacernos creer que todo el problema del sobrecoste presupuestario de la obra del tranvía de Parla (en más de 36 millones de euros) y la deuda oculta de éste no son más que una persecución política de la Camara de Cuentas. Poniendo el ojo de Sauron en la Cámara evita que reparemos en el Juzgado de Instrucción nº 5 de Parla y en la Fiscalía, que investiga su actuación en la tan manida obra por prevaricación y malversación de fondos públicos.

Como en el Circo en un «más difícil todavía», cuando se habla del ámbito penal, el señor Gómez recurre al «birlibirloque», jugando con las diferencias entre licitación, adjudicación y ejecución. La obra se licitó por 125 millones, se adjudicó por 93,5 y posteriormente se elevó su coste hasta más de 133,5 millones de euros. El mago Gómez sólo habla del precio de licitación (125 millones) para hacernos creer que no hubo el sobrecoste de 40 millones que ahora se investiga. Como engañabobos no tiene precio; sin embargo, el juez de lo Penal ha imputado a todo el Gobierno municipal de Gómez, que aprobó el sobrecoste del tranvía.

Pero los trucos de Gómez no acaban aquí. En un juego de espejos, el número uno del PSM recogió la deuda del tranvía en una partida pediente de aplicación presupuestaria que ocultó de la vista de los parleños y de la oposición el coste de la obra. A pesar de sus malabarismos, parece que, finalmente, el tren le va a pillar en el peor momento.