Julián Redondo
Mandones
El Shakhtar apenas resistió un tiempo al Real Madrid, más que el Galatasaray al Atlético, y el Sevilla destrozó la resistencia del Borussia desde los once metros en la segunda mitad. Tres victorias españolas en la primera jornada de esta histórica Liga de Campeones.
La victoria del Madrid fue pírrica, no por cómo la obtuvo, con un regalo del portero Pyatov y otro del árbitro Bebek que precedieron a la voracidad de Cristiano. Fue pírrica porque en el camino hacia el triunfo perdió a tres jugadores: Bale, que se rompió; Varane, que recibió un plantillazo en el tobillo, y Sergio Ramos, a quien Stepanenko inició en el vuelo sin motor y le fastidió una clavícula. El centrocampista ucraniano vio la segunda amarilla y frente a diez todo resultó aún más sencillo. El 4-0 no deja lugar a la especulación. Lucescu protestó, como aquella vez cuando le «burreó» el Barcelona de Guardiola.
El Atlético (0-2) exhibió fondo de armario y con cuatro novedades con respecto a la alineación inicial que presentó contra el Barça, con quien perdió por no dar la talla, sentenció a los turcos en la primera media hora. Griezmann, bigoleador, volvió a ser letal. Después, en la segunda parte, remoloneó, dejó de ser incisivo, se aculó en tablas y hasta que Simeone introdujo nuevos cambios no se estiró. Cuando lo hizo volvió a adueñarse del balón y del partido.
El Sevilla mostró su mejor cara frente a los alemanes y firmó la tercera victoria de los españoles, muy mandones.
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