Miguel Ors

Más «pájaras» en la Liga

L17 Kiplagat

Kenia es país feraz en fondistas como España es fértil en diputados e imputados. Florence Kiplagat es keniata. Bajita más bien. Simpática. Marcha con paso firme, rítmico, seguro. Ha batido en Barcelona la plusmarca mundial femenina de media maratón, dejándola en 1h05:12 (¡38 segundos menos!) «¿Por qué Kenia produce fondistas tan formidables?». Contestación de la siempre sonriente Florence: «La alimentación tal vez; bebemos mucha leche y comemos mucho maíz. La altitud tal vez. Tal vez que corremos mucho. Corremos siempre, a todas horas: para ir al colegio, para ir al trabajo, trabajando...»

M18 Renzi

Matteo Renzi es –o va a ser– el Mariano Rajoy de la bella Italia. Sólo 39 años. Le gusta el fútbol, como a Rajoy, y dice que Guardiola, su «gran amigo», es el más grande del mundo. Renzi ha nacido en Florencia, cuna de genios (Dante, Miguel Ángel, Maquiavelo, Leonardo Da Vinci, Galileo...), y su equipo de fútbol, naturalmente, es la Fiorentina. Lo proclama: «Mis vicios, desde niño, la política y el fútbol». Cristiano: «Voy a misa todos los domingos». Su máxima como político: «Unidad, equidad, diálogo». Carácter explosivo y «leal con los demás y conmigo».

X19 Candidato

En la Europa de la «Champions» (nada que ver con la de Merkel), el Barça vuelve a gustar. Es cierto que el árbitro perjudicó al City, pero no es menos cierto que el Barça es bastante más «Champions» que el equipo de Pellegrini. Si lo dudan, lean los periódicos objetivos de la Europa de la señora Merkel, en los que se encomia el fútbol-tela de araña del cuarteto Xavi, Iniesta, Cesc y Messi y la calmosa calidad creativa del grupo.

J20 Embajador

«El Atlético de Madrid es un gran equipo» (Seedorf). Lo es, claro que lo es. San Siro es el San Mamés de Italia. En Europa hay más de un Siro y más de un San Mamés. El Bernabéu, por citar otro estadio de jerarquía y rango, sólo que no es «San», sino Real.

–Viene a ser igual.

–Pues sí.

Pasma del Atlético su estructura orgánica. Y encandilan Diego Costa, que crece y crece, y Courtois, cada vez más y más portero.

–Cuánta gente del «tercer mundo» –me dice un sacerdote dominico– conoce la existencia geográfica de España gracias al fútbol. Qué formidable embajador es el fútbol.

V21 Amistad

Llevo días tratando de saber cómo es el nuevo presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu. Le oigo, leo sus opiniones. «Es un tío legal», aseguran quienes le tratan con asiduidad. Amical y afable. «Ganar al Real Madrid, sí, pero con la cortesía de la cordialidad». Legal, legal, pues.

Rubalcaba, como atleta, era también un ser muy legal. Como político, en cambio, ¡qué cosas dice! No parece el atleta que fue. Artur Mas, políticamente, es indefendible. Declara el «querido» Rubalcaba –no le quiero mal en absoluto– que «tanto no a Cataluña –en referencia, deduzco, a Rajoy– encona el problema» ¿Acaso no lo encona muchísimo más el anticonstitucional no de Mas a España? Lo reitero aquí de vez en cuando: nací en Barcelona, amo a Barcelona y quiero morirme español de Barcelona para que deje de tomarme el pelo mi mujer:

–Mira que si me he casado con un extranjero.

Qué bella es la vida cuando la vida –en el deporte y en la política– es juego limpio. Artur Mas no se merece ni el «fair play» ni el «seny» del diálogo.

Cuando lo vea, si es que lo veo, se lo diré:

–Rubalcaba, recupera tu estupendo «fair play» de atleta.

S22 Otra pájara

Se lo pregunté una vez a Federico Martín Bahamontes cuando era el ciclista más «águila» de Europa.

–¿Qué es la pájara?

Respuesta lacónica:

–Querer y no poder.

Es lo que le pasó al Atlético hace poco. Y es lo que le ha pasado al Barcelona en San Sebastián. ¿Decadencia del Barça? ¡No, por Dios! No nos engañemos. Lo que sí es verdad es que de llevarle cinco puntos de ventaja al Real Madrid, pasa ahora a estar a tres puntos de él. Y eso duele, claro que duele. Fútbol es fútbol, afortunadamente.

–Ya que en la Liga es imposible distribuir competitivamente la riqueza del dinero y el poder, al menos que la «pájara» dé alegrías de vez en cuando a los «pobres».

Comentario apócrifo de un directivo.