Alfonso Ussía

Más pueblo, por favor

La Razón
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El señor Homs ha declarado ante el Tribunal Supremo «en nombre del pueblo catalán». Y para ello se ha visto arropado por una insignificante relación del pueblo catalán, con Mas a la cabeza y Tardà a la cola. La llegada al Palacio de Justicia de Madrid del pueblo catalán ha resultado emotiva y edificante. No se ha producido ningún corte de tráfico porque el pueblo catalán se ha presentado con una reducidísima representación. No es original. Lo hacían los familiares y amigos de los terroristas de la ETA cuando éstos declaraban ante la Audiencia Nacional. Llevaban todos puesta en el rostro la expresión heroica de los vecinos de Fuenteovejuna. Veinte individuos llegaron a Madrid y cuando un viandante les preguntó si formaban parte de alguna empresa que festejaba un congreso para elegir directivos, le respondieron: «Somos el pueblo de Cataluña». Marchaban por la calle del marqués de la Ensenada para acceder al Palacio de Justicia por la puerta de la discreción cuando un guardia les solicitó amablemente la acreditación. «El pueblo catalán no se acredita ante las fuerzas invasoras. El pueblo catalán se comportará con serena educación ante los jueces del país vecino».

Homs lleva en su espalda la pesada mochila del pueblo catalán. Si el Supremo decide que su actuación en la organización y convocatoria de la merienda benéfica que ellos denominan «refrendo» es merecedora de una sanción administrativa o de una inhabilitación personal para seguir organizando meriendas, no será Homs el sancionado o inhabilitado. Lo será todo el pueblo catalán, y eso es muy gordo.

Ha causado temor en Madrid conocer la presencia física de Mas en el reducido grupo del pueblo catalán. Es sabido que Mas no concilia su persona con la fortuna. Es muy español en su distribución de desgracias. En España, y está científicamente demostrado, hay cuatro estadíos de gafes. El gafe propiamente dicho, el supergafe, el sotanillo y el manzanoide. También, como suplementos al sotanillo y el manzanoide, están los gafes pedorros y los traumatológicos. El gafe pedorro, es aquel que se va de naja sonora en el momento menos oportuno, que acostumbra a ser solemne. Por ejemplo, ante la pregunta del letrado: –¿No es menos cierto que usted, señor Homs, participó activamente como consejero de la Generalidad en la organización de la merienda prohibida?–. Y cuando Homs se dispone a responder que representa al pueblo catalán, vuela por el ámbito de la barroca sala un brusco viento de pedorreta imprevista provocada por la presencia de Mas. El traumatológico, ligado al gafe manzanoide, es la inevitable víctima del entusiasmo, el peatón pelota, que reconoce a Mas en la calle, es partidario del derecho a decidir, le saluda afectuosamente, y cuando Mas se aleja acompañado del resto del pueblo catalán, la víctima introduce una pierna en el alcorque de una acacia, tropieza, cae, y precisa de los servicios de Traumatología de la clínica más cercana para soldar su tibia y su peroné. Mas, según los que mejor lo conocen, es más manzanoide que sotanillo, si bien ha influido negativamente en esta jerarquía en algunas ocasiones. Cuando reconoció públicamente lo mucho que le debía a Pujol, el gran catalán del siglo XX, y tres días más tarde el gran catalán del siglo XX reconoció haber percibido una herencia de su padre, que no la había declarado y que se sentía muy mal, cuando en realidad la que se sintió muy mal fue la hermana de Pujol, que no sabía nada de la dichosa herencia, y por ende, no había percibido ni un euro.

Mas, como parte fundamental del pueblo catalán, ha acompañado a Homs al Tribunal Supremo. Lo anuncio. En menos de diez días –plazo para la consumación del maleficio–, Homs tropezará en las escaleras de su casa, y en caso de usar el ascensor, éste se desplomará desde el tercer piso, con el susto correspondiente para el representante del pueblo catalán. Acariciará a un perro en la calle Ganduxer, y éste le morderá. El «Barça» será derrotado por el Atlético y Messi estrellará dos penaltis en los postes, de los cuales ninguno era penalti. Asistirá a un castillo de esos humanos e identitariamente tradicionales que se organizan en Cataluña, y el niño de arriba, la infantil guinda de la construcción, se dará un morrón. Lo mejor que puede hacer Homs, como pueblo catalán, es rogarle a Mas, pueblo catalán también, que se quede en el pueblo y no lo acompañe a Madrid. En la aldea se está mejor y hay menos peligro.

Menos mal que no estuvo como pueblo catalán Rufián. Se hallaba con los etarras, que parecen ser sus compañeros favoritos.