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Matiza y acertarás

La Razón
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La imagen lo dice todo. Dos funcionarias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña entregaron ayer a la presidenta del Parlament la suspensión cautelar decidida por el TC de la reforma del reglamento de la Cámara, que pretendía agilizar los trámites del referéndum del 1 de octubre. Las dos funcionarias entregaron la notificación tapándose el rostro, como si tuvieran que ocultarse de cumplir la ley, mientras que Carmen Forcadell y la Mesa decidían no iniciar de momento –a pesar de que era preceptivo– el trámite de la proposición de ley de desconexión con España, a la vista de esta «presión judicial». No es una rectificación por parte del Parlament.

La rectificación sí es clamorosa en casa del PSOE. Adriana Lastra enmendó ayer la plana al portavoz de la Ejecutiva socialista y alcalde de Valladolid, Óscar Puente, que no sólo señaló que la crisis de Venezuela está «sobredimensionada» en la prensa española, sino que además no está provocada por Nicolás Maduro, sino que es «responsabilidad colectiva de los venezolanos». El dislate de esta nueva lumbrera socialista, que deja a la altura del betún a las tontunas de César Luena, ya fue corregido el martes por Ramón Jaúregui en «La Linterna», pero había adquirido tales dimensiones que ha tenido que salir la vicesecretaria general para dar solidez a la bofetada: «La posición del PSOE no ha variado, es la de siempre. Nadie resta importancia a lo que pasa en Venezuela». La declaración, hecha en un descanso de la reunión de la Ejecutiva permanente y de la dirección del grupo parlamentario socialista pone las cosas en su sitio. ¿O no?

Pues tampoco del todo. El tonteo con Podemos no es casualidad ni fruto de los calores veraniegos: es un hecho desde que Pedro Sánchez se hizo con la Secretaría General. Por eso, cuando al presidente de Castilla-La Mancha –cuyo pacto de gobierno con Podemos aún esta digiriendo– se le ocurrió decir que «a Rajoy habría que ganarlo en las urnas y no pretender sacarlo de La Moncloa con pactos espurios» fue inmediatamente corregido por el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos: «Lo que hoy parece espurio, mañana es necesario», justificando así un futuro pacto con la coalición morada. Nadie se libra de ser rectificado. Ya sólo falta que Pedro Sánchez se rectifique a sí mismo con la reforma que pide de la Constitución. Al tiempo.