Julián Redondo
Máximo riesgo
En la victoria está la redención. Otra vez el futuro de la Selección, la credibilidad menoscabada, pasa por Saint Denis, como el 26 de marzo del año pasado. Entonces estaba en juego el billete para Brasil; ahora se trata de recuperar los valores perdidos en un amistoso con Francia. Un equipo en auge, el francés, contra otro que, por fuerza y por las bajas de Xavi, Alonso y Villa –Iniesta, lesionado, volverá–, tiene que reinventarse. El partido es un campo de minas, más peligroso que una caja de bombas para el técnico español, sobre todo, y sus jugadores. No hay que olvidar que desde que España ganó el Mundial, compromisos de tesorería como aquellos con Argentina y Portugal hicieron que el equipo se tambaleara. Pese a todo, ese camino de espinas donde parecía que la Roja se dejaba prestigio a jirones, culminó con la segunda Eurocopa consecutiva. Pero la apoteosis murió en Brasil y al marqués de Del Bosque le faltó un tris para convertirse en marqués de Sade. De admirado y centro de atención en todos los saraos posibles, a discutido y hasta casi apestado. Los enemigos no perdonaron sus éxitos y se cebaron con el fracaso. Está en el punto de mira y cada traspié de la Selección arrastrará una campaña de «Del Bosque dimisión» hasta que se vaya. Con rivales como Macedonia, Ucrania, Eslovaquia, Bielorrusia y Luxemburgo, España no debería sufrir para alcanzar la Eurocopa de Francia 2016. Y es Francia, precisamente, quien va a pulsar el carácter de la nueva España.
El año pasado, en Saint Denis, con Valdés en plan estelar y Xavi y Alonso como en sus mejores tiempos, el triunfo español (0-1, gol de Pedro) fue incontestable y su partido, primoroso. Hoy, Francia es más equipo que entonces; no entró en las semifinales del Mundial brasileño por aquel solitario gol de Hummels, cuando ya los españoles lamían sus heridas en casa. Pero las heridas siguen abiertas. El riesgo de una infección es máximo.
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