Restringido

Menos paro y más crecimiento

La Razón
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Daniel LACALLE

El paro se ha reducido a niveles de finales de 2010. Sin embargo muchos tildan la situación actual como de desigualdad, precariedad y temporalidad.

El argumento de la desigualdad es fácilmente rebatible. En 2004 la desigualdad, medida por índice de Gini, se situaba al mismo nivel que la media de la UE, un 30,4%. Entre 2004 y 2011, durante la época «social» de Zapatero, aumentó once puntos, mientras en la media de la UE se mantenía constante. Desde 2014 la desigualdad se ha reducido, según Eurostat.

En cuanto a la temporalidad y precariedad, se suele olvidar que España es el único país de la OCDE que está saliendo de la crisis aumentando el empleo fijo. La contratación indefinida ha pasado de caer a un ritmo interanual del 29,5% a finales de 2011 a crecer en 2015 a tasa anual del 14,4%. El 75% de los empleados tienen un contrato indefinido, más que al final de 2011, 74,1%, y que el 69% del cuarto trimestre de 2007.

Adicionalmente, el mantra de que el empleo creado es de corta duración es incorrecto. En el segundo trimestre de 2015, apenas un 3% de los ocupados tenían empleos de menos de tres meses. En 2007, el porcentaje de trabajadores contratados por menos de tres meses se situaba por encima del nivel actual, en el 4%. A finales de 2011 también era un 4%.

A muchos ciudadanos les sorprenden estas cifras. «No me lo puedo creer», me dicen, «¿cuál es la fuente?». «Son datos oficiales», replico. Sin embargo, se ha instaurado una idea en el pensamiento colectivo que dice que la recuperación española es falsa y que el empleo creado es extremadamente precario y temporal. Cuando 9 de cada 10 contratos firmados desde el primer trimestre de 2015 son a tiempo completo. «Sólo se reparten las horas trabajadas» dicen, cuando la cifra es similar a la media de la OCDE y superior a la de Holanda o Alemania.

En noviembre publico mi nuevo libro, «Acabemos con el paro» (Deusto), y analizo lo que España puede hacer para continuar creando empleo con mayor intensidad. No olvidemos lo conseguido, ni la importancia de la reforma laboral a la hora de parar la sangría del empleo e incentivar la contratación. Hemos conseguido mucho. Revertir las reformas es suicida. Hay que avanzar, no volver a los errores de 2008.