Julián Redondo

Mercados

Manolo Morán, Pepe Isbert y Lolita Sevilla se dispusieron a recibir a los americanos con alegría y los americanos pasaron de largo, como el «Plan Marshall» por España. Una caravana de haigas cruzó veloz el pueblo y no dejó más rastro que una monumental polvareda. Detrás, los retratos de Berlanga, mezcla de ensoñación y picaresca, pasmados. Eran los americanos del norte, que al cabo de los años, precisamente hace unos días en Brasil, han demostrado que no sólo de baloncesto, béisbol y hockey hielo viven en el país de las barras y estrellas. El «soccer» ha llegado a despertar el interés del presidente Obama, cuando hace años la afición de Henry Kissinger por el fútbol, ese deporte tan ajeno a sus paisanos, no terminaba de calar ni organizando un Mundial. Hubo, no obstante, futbolistas de Estados Unidos que ficharon por equipos españoles: Peter Vermes, que jugó en el Figueras, junto a su compatriota Tab Ramos, que llegó al Betis; el portero Kasey Keller triunfó en el Rayo y Altidore no cuajó en el Villarreal. Presencia testimonial. El mercado español se encuentra de México hacia abajo, y fundamentalmente en América del Sur.

Con el colombiano James Rodríguez y el costarricense Keylor Navas, el Real Madrid ha vuelto a fijarse en el jugador americano y ha adquirido 17 jugadores de aquel continente en lo que va de siglo. Novedad en el caladero es Costa Rica; Colombia, no, porque antes que James vistieron de blanco Rincón y Congo. Las otras adquisiciones por orden cronológico: Ronaldo (2002), Samuel (04), Diogo, Cicinho, Baptista y Robinho (05), Emerson, Higuaín, Gago, Marcelo (06), Heinze (07), Garay (08), Kaká (09), Di María (10) y Casemiro (12). Como es natural, algún que otro pepino se mezcló entre los melones.