Miedo me da

Se está liando parda. Los dedos se vuelven huéspedes, los pajaritos disparan a las escopetas, Melanie se la pegaba a Ashley con Rhett Butler y Scarlett O’Hara quería deshacerse de Tara y pasar la vejez en Miami... El viento se ha llevado modales y buenas maneras. Las sospechas cuelgan de los sauces llorones y cualquiera se vende por una cena en Diverxo. Entre la conspiración y la conspiranoia media una línea tan frágil que romperla es más sencillo que entonar el «Himno de la alegría», hermano.

Puestos a hilar fino y a desliar la madeja invisible, escondido en el núcleo del embrollo asoma el supuesto conchabe entre el Sevilla y el Granada... O sea, que el equipo de Emery permitió que el de González le diera una tunda en el Sánchez Pizjuán para que el Barça no tuviera que sufrir en Los Cármenes para ganar la Liga, de tal guisa que el Sevilla se aseguraría así jugar la Supercopa de España, si es que no gana la final de Copa, y la taquilla y la tele dejarían en sus arcas pingües beneficios. ¡Toma ya!

Es para santiguarse; pero lo del Rayo suena todavía muchísimo peor. Porque la gente no entiende que Paco Jémez tuviera que comparecer ante la Prensa para decir que no ha estado en Singapur y negar que su futuro esté en Valencia o en La Coruña. Pues qué bien, ¿no? Lo que se malicia el personal es que Paco iba a denunciar algo y al final ha reculado, en vista de que el equipo se juega la vida el domingo y ni siquiera está en sus manos salvarla.

Conviene, no obstante, prestar atención al once que alineará frente al Levante, no vaya a ser que haya chocantes novedades con respecto al equipo que perdió el domingo en San Sebastián. ¡Uf! Miedo, tengo miedo, miedo de perderme, si es que no me he perdido. Tiempo al tiempo.