Reyes Monforte
Mis tetas
No se apuren, no tengo intención de contarles el chiste de Mis tetas, una es consciente de sus limitaciones. Se trata de otro chiste. A la actriz Emma Watson le han llovido críticas, las más agresivas y absurdas de boca de otras mujeres, por aparecer sin sujetador en una sesión de fotos para Vanity Fair. Es digno de estudio porque las mismas que vanaglorian a las mujeres del movimiento Femen que deciden enseñar sus tetas a un obispo o en la capilla de una universidad, critican a Emma Watson por enseñar parte de su anatomía –ni siquiera es topless, aunque eso debería ser lo de menos– al entender que eso merma su condición de feminista. De vivir en el siglo XI, no quiero pensar lo que dirían de Lady Godiva. Lo de la coherencia se nos hace bola de vez en cuando. Debe ser la alimentación, que es la explicación que mi abuela tenía para todo. Lástima no poder preguntarle sobre la polémica Tetixt. Pero Watson lo ha bordado: «El feminismo va de dar opciones a las mujeres, no es un palo con el que golpear a otras mujeres».
El feminismo debería ser poder enseñar las tetas cuando quien las muestra lo cree oportuno y no cuando se lo exigen los demás, ni siquiera cuando determinado movimiento feminista incita a hacerlo. Decir a estar alturas que la mujer es dueña de su cuerpo debería sonar a rancio pero la actualidad obliga. Algunas mujeres se sienten en la necesidad de decirle a las demás lo que deben hacer, pensar y sentir, sorteando que ese imperativo de manual lo llevan sufriendo la mujeres desde tiempos inmemoriales. El escritor egipcio Albert Cossery pensaba que el progreso social empieza siempre por la independencia de los traseros, y Sartre obviaba la patria, el honor y la libertad para asegurar que el universo giraba alrededor de un par de nalgas. Cambie las nalgas por las tetas, y esa ha sido la evolución. Vamos bien.
Mañana es el Día Internacional de la Mujer. Enseñen o no la tetas, hagamos el favor de normalizar los cuerpos, las mentes y las bocas. Normalizado se polemiza menos, eso es verdad, pero se vive mejor.
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