Andalucía

Misma costa, distintos vientos

La Razón
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La Demarcación de Costas de Andalucía Atlántico, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, ordenó hace un año la demolición del restaurante ‘El Sardinero’, situado en la playa de Regla (Chipiona). Dos décadas de funcionamiento, durante las que mantuvo a una veintena de trabajadores, no sirvieron para aplacar la furia conservacionista de los burócratas quienes, más sensibles a la moda verde que al déficit de empleo de la provincia con más paro de Europa, aplicaron inmisericorde jarabe de excavadora amparados por una norma que proscribe las estructuras de cemento sobre la arena. Tampoco los ablandó el que nos encontrásemos en puertas del verano, una prórroga de tres meses para aliviar la miseria. Dura lex sed lex... o no. En el mismo litoral océano, en Punta Umbría, la alcaldesa ha expedido una contraorden que desautoriza la paralización de una construcción otro chiringuito, también hormigonado, a instancias del Seprona: aunque la estructura es abusiva, el ayuntamiento considera que debe estar abierta al público cuanto antes. No puede ser casualidad que la socialista Aurora Águedo, sea la sucesora de Gonzalo Rodríguez Nevado, dimitido hace un año por su implicación en el fraude de la formación... y con intereses en el sector de la hostelería. En su local, «El paraíso», gastó Mario Jiménez varios miles de euros (black, of course) del contribuyente con una Visa Gañote de una caja de ahorros. Cuentan con la ayuda de los vientos de la Administración ciertos emprendedores puntaumbrieños, la que les falta a otros con menos amigos en el PSOE. Y así se escribe la historia del régimen andaluz, esa telaraña de favores mutuos y voto cautivo que atornilla siempre a los mismos a los sillones de la Junta. O será que la vida nos ha vuelto demasiado malpensados.