Iñaki Zaragüeta

Montoro, nada será igual

El Gobierno central y en especial el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, debe ir acostumbrándose a que el futuro inmediato no va a ser un camino de rosas en a sus relaciones con las Comunidades Autónomas de su propio signo. Así lo aclararon los presidentes de nuestra Comunitat, Baleares y Murcia en su reivindicación de un más justo sistema de financiación tras la cumbre celebrada ayer en Valencia.

No entraron en concretar las cifras, que por su parte son muy elocuentes, pero la filosofía la dejaron muy clara, especialmente las manifestaciones de Ramón Luis Valcárcel y secundadas reiteradamente por Alberto Fabra y José Ramón Bauzá, «el reparto se ha hecho hasta ahora a los territorios, no a las personas. Y han primado los intereses políticos». Se puede decir más alto o más bajo, no más claro.

Preveo que esta es la línea a seguir en el tiempo que falta hasta que el Consejo de Política Fiscal y Financiera decida la nueva financiación autonómica. Con el agravante de que a los territorios citados se unirán los de Cataluña y Madrid. El Fondo de Solidaridad, al que todas estas aportan más que otras ha de servir para que las regiones que menos tienen, vivan igual que las demás, pero no mejor, que es lo que sucede ahora. Si no, que se lo pregunten al extremeño Monago, que no sólo chupa del bote sino que se permite el lujo de enmendarle la plana a Fabra, quien por otra parte está tardando en ponerle en su sitio.

Montoro debe olvidarse de la altanería, ponerse el mono de faena y ayudar a que el PP detenga su caída y remonte. Será bueno para él, para Rajoy y para España. Así es la vida.