Cuenca

Mortier contra López Cobos

Mortier contra López Cobos
Mortier contra López Coboslarazon

Empiezo por aclarar que en estos momentos no tengo relación alguna con Jesús López Cobos. Sin embargo nuestra relación fue bien distinta hace años. Cuando falleció el maestro García Navarro propuse al patronato del Teatro Real una terna sucesoria: el citado, Miguel Ángel Gómez Martínez y Kent Nagano. La comisión ejecutiva se decidió por el director zamorano, pero éste había declarado por activa y por pasiva, tras dejar la OCNE, que no volvería a responsabilizarse de una institución musical española. Hablé con él, que dirigía «Manon» en París con René Fleming, le convencí de que su candidatura prosperaría si aceptaba negociar y lo hizo. Luis Alberto de Cuenca, secretario de Estado de Cultura, se reunió con él y se firmó el contrato.

Nunca tuve acceso a éste, como tampoco lo hemos tenido en el patronato al de Mortier, pero puse el grito en el cielo cuando me enteré de algunas de sus consecuencias: emolumentos anuales, residencia en el extranjero y obstáculos en el teatro a algunos colegas. No le gustaron nada mis críticas y nuestras relaciones se enfriaron. Lo cortés no quita lo valiente y por eso puedo asegurarr con plena objetividad lo que voy a afirmar.

Mortier ha declarado textualmente al diario austriaco «Kurier» que «López-Cobos apenas trabajaba con la orquesta. Tuvimos que echarlo». Falso de toda falsedad. Mortier no estaba ni se le esperaba cuando el maestro y Gregorio Marañón decidieron no renovar el contrato en septiembre de 2008. Cierto es que cohabitaron unos meses en 2010, con López Cobos finalizando contrato, pero nada más. He sido testigo, como crítico y patrono del teatro, del trabajo de López Cobos con la orquesta y de sus esfuerzos por la superación. También de los impedimentos que a su labor puso Marañón a partir del momento en que tanto el director como Antonio Moral se opusieron a varios de los deseos del presidente del patronato, entre ellos el nombramiento de un consejo asesor. Marañón decidió en su fuero interno no renovarle, le negó petición tras petición para mejorar la orquesta y, sin decirle nada pero no pudiendo impedir que se enterase, inició conversaciones con Harding y Lissner, por lo que López Cobos se anticipó renunciando a renovar.

Mortier no tenía que haberse metido en esos berenjenales, falseando además la realidad. López Cobos ha hecho bien en pedir una rectificación al teatro y hará bien si demanda a Mortier en defensa de su derecho al honor. Marañón sabe las cartas que en su momento escribió. López Cobos puede contar con mi testimonio si llega a juicio. Hay muchas cosas que han de cambiar en el Teatro Real.