Julián García Candau
«Mou» y Diego se la juegan
José Mourinho argumentará, siempre que se le pregunte, que no es de recibo relevar a la suplencia al portero que le ha resuelto brillantemente los últimos compromisos. Estaba cantado que de no ocurrir una desgracia Diego López se haría con la titularidad. Para el entrenador, el guardameta repescado es el mejor argumento para cargar sobre Casillas. Se equivocó recurriendo a Adán. Con Diego es distinto. Los restantes miembros de la plantilla, aunque existe natural predilección por Casillas, predilección y enorme respeto, se limitarán a echar balones fuera porque también Diego es un compañero.
Mourinho y Diego corren gran riesgo. El entrenador, porque, en caso de dudas, siempre tendrá enfrente la opinión mayoritaria de los espectadores del Bernabéu. El guardameta, porque será permanentemente comparado y en caso de cometer el mínimo error se le caerá encima todo el andamiaje que defiende a Mourinho. Diego puede acabar siendo víctima. Es natural que como buen profesional aspire a la titularidad. Es consciente de lo que está en juego porque Casillas no es futbolista de quien dudar. En esta situación se pone al portero en excesiva tensión. Pueden traicionarle los nervios por la presión externa.
Mourinho, de vez en cuando, da la cara y para evitar la triste figura de Karanka, cuyas afirmaciones es sabido que pertenecen a otro, va con la verdad por delante y ha puesto a Casillas en el banco de la paciencia. No se ha escondido. Junto a su argumento deportivo, defendible, está el trasfondo de su malquerencia a Casillas. Al saque, Mourinho. Al resto, la incertidumbre.
Posdata. Del Bosque recuperará a un suplente. Al tiempo.
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