Toni Bolaño
Nadie dispara contra la ambulancia
Nadie dispara contra la ambulancia. Todos los presuntos candidatos a las, también, presuntas primarias socialistas se han mostrado comedidos y condescendientes con un líder que está tocado y hundido. Un líder que demostró su debilidad cuando descalificó, desde el rencor y con zafiedad, a Carme Chacón, simulando llamarla tonta. Nadie dispara contra la ambulancia. Se han puesto todos manos a la obra a reconstruir un partido que está desconectado de la sociedad y no despierta entusiasmo. Han puesto todos su grano de arena para reanimar a un partido que quedó noqueado en mayo de 2010 y quedó KO en la oleada de elecciones de 2011.
Susana Díaz, la presidenta andaluza, le ha puesto letra a esta música entonando un mea culpa en toda regla. Lo podía decir más alto pero no más claro. Se han aprestado a configurar un nuevo proyecto socialista porque la socialdemocracia no ha sabido gestionar la crisis, pero tampoco ha estado fina a la hora de analizar los cambios que se están produciendo en la sociedad, con crisis y sin crisis. No es sólo un problema español, sino europeo. El SPD alemán, el laborismo británico o el PSF de Hollande son ejemplos de este fracaso ideológico de la izquierda europea.
Susana Díaz, que quería paz en esta Conferencia porque a final de mes tiene su congreso en Andalucía y no estaba por ruidos, ha sido la encargada de poner el cascabel al gato. «No lo estamos haciendo bien», dijo para remachar: «No estamos bien». La dirigente andaluza no ha hecho otra cosa que reconocer en público lo que dicen las encuestas. El PSOE no remonta a pesar del descalabro monumental del PP. Los socialistas no son percibidos como alternativa ni generan ilusión de futuro en muchos ciudadanos que alguna vez votaron por la izquierda socialdemócrata.
Con este escenario, nadie dispara contra la ambulancia. Los delegados presentes en el cónclave se han conjurado por construir un nuevo programa. Una nueva propuesta que sea capaz de llegar a una sociedad en pleno cambio. Los posibles candidatos han cerrado filas en torno a este objetivo. Todos saben que el cambio de ideas era necesario y urgente el pedir perdón de forma clara a los ciudadanos. Pero también, todos saben que las nuevas ideas deben ser explicadas por una figura que trasmita credibilidad, confianza e ilusión. Todos saben en el PSOE, excepto Rubalcaba, que esa figura no es Rubalcaba. Según las encuestas, tres de cada cuatro ciudadanos no lo consideran la alternativa de gobierno. Tres de cada cuatro ciudadanos lo ven como pasado y no como futuro. Los posibles candidatos saben que sin un candidato que aglutine esa credibilidad, esa confianza y esa ilusión, las ideas no calarán en la sociedad y se quedarán en agua de borrajas. Por eso, nadie dispara contra la ambulancia.
El PSOE está protagonizando un viraje a la izquierda, de acercamiento a las nuevas inquietudes sociales y a los nuevos problemas generados por la crisis. El PSOE está inmerso en su propio cambio. El líder que ponga la guinda a este proyecto llegará por sí solo. Por muchos palos en las ruedas que le pongan. Por eso, nadie dispara contra la ambulancia. En ella va Rubalcaba. No merece la pena. La conferencia ha puesto al PSOE maduro. La fruta caerá por su peso.
✕
Accede a tu cuenta para comentar