Iñaki Zaragüeta
No es un error, es un desastre
El conflicto, por llamarlo de alguna manera, en torno a la Radiotelevisión valenciana, me ha dejado algunas lagunas y, con ellas, algunas sospechas sobre actuaciones de determinadas personas que no me resisto a exponer y comentar. A pesar de que había decidido intentar no hablar más de este asunto, hoy quiero quedarme más tranquilo. Como dicen en mi pueblo, «si no lo digo, reviento».
En el conflicto han existido demasiadas anomalías como para atribuirlas a la casualidad. Voltaire pensaba que la casualidad no es más que una causa ignorada de un efecto desconocido. Este rifirrafe va más allá de la racionalidad. Como muchas veces afirmo, «todo está escrito y expuesto en el cine y la literatura»: truculencias, lobbies, maldad, bondad, barbarie... La realidad desvela que esos extremos acontecen e, incluso, se superan en exceso.
A lo que iba. ¿Cómo se justifica que una abogado de Estado, perteneciente durante los últimos años a un despacho importante de Valencia, puede cometer un error legal que garantice la nulidad del ERE? La persona en cuestión me merece más reconocimiento que el proveniente de la ignorancia. Mi amigo Rogelio está convencido de que, con ese currículum, no se le puede atribuir desconocimiento. No es la única. Lo mismo podría comentar de otros. Entonces ¿por qué?
Me inclino más por achacar lo acontecido a un equivocado cálculo en la previsión, la convicción de que el Consell, el presidente Alberto Fabra, no se atreverían a cerrar el canal público. No sólo ella, también la organización dominante del Comité de empresa, la Intersindical. Y lo digo, porque en la mañana del aquelarre televisivo, la siguiente a conocer la decisión presidencial de cierre, un miembro de ese Comité aseguraba en Ràdio Nou que Fabra echaría marcha atrás en su determinación. Si la premisa de toda actuación (no se atreverán a clausurar Canal 9), cualquier conclusión será falsa. Eso lo sabe cualquiera que tenga el menor conocimiento de la Lógica y el silogismo en «BÁRBARA»: premisa falsa, conclusión falsa.
Me dice Rogelio ¿pretendían la nulidad del ERE para readmitir a la plantilla y acometer otro, pero ya desde posiciones y directivos bien diferentes a la Generalitat?. Cualquiera sabe pero, si hago caso al cine y a la literatura, todo es posible.
En cualquier caso, otro error a juzgar por las palabras del conseller Juan Carlos Moragues el pasado miércoles. No se podía acometer un Expediente de Regulación de Empleo desde una empresa sin deuda, como es la situación de la nueva empresa televisiva al haber sido ya asumida la deuda por la Generalitat.
Alguien dijo que el error es un arma que acaba siempre por disparar. Con tanto error, el final no ha sido sólo equivocado, ha sido un desastre. El mayor drama es el de los 600 trabajadores que contaban con empleo y que tienen todas probabilidades de perderlo. Y el responsable ¿quién es? Así es la vida.
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