Julián García Candau
No hagan apuestas
El Barcelona-Real Madrid de mañana en el Camp Nou comenzó a jugarse en sábado. En el campo barcelonista y también en Riazor. Se enfrentaron a Sevilla y Deportivo en sendas sesiones preparatorias. Sirvieron para demostrar que sin los mejores hombres en el césped, los adversarios reducen la diferencia de calidad. Como consecuencia, barcelonistas y madridistas sufrieron para ganar sus partidos y tuvieron que hacerlo recurriendo al concurso de las estrellas.
El Barça da síntomas de «cansera», que dijo el poeta murciano Vicente Medina de la España que perdió Cuba y Filipinas. En el equipo barcelonés, por el contrario, la galvana proviene de las victorias. Da por hecho que seguirá con el mismo rumbo cualquiera que sea la carta de navegación. En Liga ofreció dudas y en la Liga de Campeones dejó entrever problemas dada su constante permanencia en una sola versión futbolística. Contra el Sevilla dio la bienvenida a David Villa y constató su obligada presencia. Tello también ayuda a romper la modorra del toquecito por el centro. En el plan B sobra Alexis y precisa la reaparición del verdadero Leo Messi.
El Real Madrid necesita eliminar al Barcelona en la Copa del Rey para recuperar estima. Dejar en la cuneta al presumiblemente campeón liguero es el primer gran reto de la temporada. Ganar en el Santiago Bernabéu el encuentro de Liga será menos trascendente por la diferencia de puntos en la clasificación.
También Mourinho trató de preparar el compromiso copero y, finalmente, tuvo que recurrir a los clásicos. Todos, los grandes, se enfrentarán el martes en el Camp Nou. No hagan apuestas.
Posdata. Juan Carlos Valerón sigue dando lecciones magistrales con el Dépor en Riazor. No tiene edad.
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