Operación Policial

No me toques

La Razón
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¿Qué se habrán creído esos hombres que ningunean, acosan, abusan y violan, no sólo el cuerpo sino también el alma de una mujer? ¿Acaso piensan que la mujer carece de dignidad o del mínimo derecho al respeto? Seguro que opinan lo que el filósofo Schopenhauer: «la mujer es un ser de ideas cortas y cabellos largos». ¡El colmo de la misoginia! Hace años aprendí que «lo que uno permite es lo que uno promueve». Las mujeres debemos decir basta, unirnos contra todo tipo de humillación, vejación o inferiorización. Nunca deberíamos consentirle a hombre alguno, ni fuera ni dentro de la oficina, ni la más mínima falta de respeto ni que propase con una mujer por el hecho de serlo. Ha sido habitual usar el «poder que da el cargo» para abusar. Algunas mujeres afectadas de complejo de inferioridad y con la diadema floja –que ha causado estragos-, se han prestado a ese juego mortal para la autoestima, uno que ha terminado por hacer daño a todas ya que cuando un hombre abusa de una mujer, abusa de todas (esto no es ninguna exageración).

Las personas toleramos o aguantamos abusos de todo tipo porque creemos carecer de derechos o porque nos domina el miedo. Soy partidaria de inculcar a las personas, desde pequeñas, la creencia de que son, para sí mismas, la persona más valiosa de la Tierra. Por eso, sobre todo si eres mujer, no salgas de casa sin haberte tomado cuarto y mitad de dignidad. Al acosador, por pequeña que sea su falta de respeto, sácale el stop y denúncialo. Ninguna mujer debería avergonzarse del hecho de que hayan abusado de ella. Quien sí debería avergonzarse es el hombre que ha acosado y abusado de su debilidad. Mujer grábate en la corona que eres lo mejor que le ha pasado. Y nunca jamás toleres ninguna muestra de machismo.