Restringido

No olvidemos a los cubanos

La Razón
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En esta columna hemos hablado en varias ocasiones del desastre de Venezuela. Pero no debemos olvidar a Cuba, sobre todo porque, con la visita de Obama a la isla de Cuba y normalización de relaciones diplomáticas se puede correr el riesgo de que dejemos de lado a una población que sigue sufriendo represión y empobrecimiento.

El ranking de Nationmaster que compara el salario medio por países en todo el mundo, coloca en último lugar a Cuba con un salario medio de 25 dólares. El desabastecimiento en productos básicos llega al 70% según «El Diario de Cuba» e Infobae, lo cual hace que la famosa frase de que «no hay desnutrición» sea fundamentalmente porque la escasez es generalizada. Palenque Visión mostraba que «la mayoría de las personas no pueden desayunar, almorzar y comer» por la escasez y altos precios. El mito de la calidad de la sanidad se ha desmontado en varias ocasiones. María Werlau, de la ONG Archivo Cuba explicaba a ABC que «la sanidad en Cuba es pésima para el ciudadano de a pie. Existe un apartheid que favorece a la élite gobernante y a los extranjeros que pagan en dólares».

La gran excusa ha sido culpar a los Estados Unidos. Olvidan que el régimen de Cuba dilapidó ayudas de la Unión Soviética entre 1960 y 1990 equivalentes a seis planes Marshall y no consiguió mejorar su patrón de crecimiento ni aprovechar las enormes subvenciones para mejorar la productividad. Entre 1960 y 1990, Cuba recibió más de 65.000 millones de dólares de la Unión Soviética, sin contar los que recibió de otros países socialistas. Pero es que, además, no existe ningún «bloqueo», sólo relaciones diplomáticas limitadas. Estados Unidos es uno de los cinco mayores socios comerciales de Cuba, más del 6,6 por ciento de sus importaciones. Estados Unidos, según cifras oficiales, es el primer suministrador de productos agrícolas para Cuba. Si hubiera «bloqueo», las relaciones comerciales con otras naciones serían mínimas. Sin embargo, Cuba mantiene relaciones comerciales con más de 30 países de Europa, 20 de Asia, 10 de África, 2 de Oceanía y 34 de América.

No olvidemos a Cuba. Que se normalicen relaciones con EEUU no puede hacer que se perpetúe un modelo extractivo y represor. Por ello, ahora es cuando el centro de toda la atención debe estar en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Los miles de luchadores por la libertad merecen que no les olvidemos.