Marta Robles
Número dos
El deporte es competitividad, pero también admiración y amistad. Unos días después de escuchar las declaraciones de Fernando Alonso en la entrega de los premios de la FIA sobre la importancia de ser segundo, me pregunto si su relación con Vettel habrá alcanzado la magnitud que tuvo la de aquellos míticos pilotos que fueron Nikki Lauda y James Hunt. Aunque, puestos a encontrar paralelismos, el recuerdo de Hunt tiene mas que ver con la figura de Raikonen, quien será compañero de Fernando. Y no sé si Alonso y Lauda tienen alguna característica en común. Pensándolo mejor, está claro que Kimi sí parece tener mucho que ver con el espíritu de «playboy» y vividor que caracterizaba a Hunt. En cuanto a Alonso y Lauda, los dos corren con Ferrari, y ambos interpretan muy bien lo que le pasa al coche.
Vettel, por su parte, es un grandísimo piloto, pero no se le conoce demasiado la personalidad y probablemente ni él ni el propio Alonso hayan alcanzado el romanticismo de los días de gloria de Lauda y Hunt. Quizás por eso, aunque los actuales líderes de la F-1 son unos extraordinarios pilotos, no generan las pasiones de antaño y, sobre todo, no existe entre ellos esa relación de número uno y dos alternativos, repleta de sentimientos encontrados y de ese respeto al contrario que siempre hace crecer a quienes se lo tienen entre sí. Tal vez la F-1 ya no es lo que era. O tal vez, hasta que el tiempo no convierta a los rivales en protagonistas de una película, no sabremos, de verdad, como fue su relación.
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