Política exterior

Obama en Europa

La Razón
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La visita del presidente de Estados Unidos a Europa ha tenido unos objetivos muy claros. El presidente estadounidense ha señalado, con trazo grueso, las principales cuestiones que preocupan, en la actualidad, en el continente europeo. En Reino Unido, ha insistido en la necesidad de que los británicos sigan perteneciendo al esquema de integración europea y ha dejado claro que el futuro de este país depende, sin ninguna duda y en términos de bienestar, de su condición de Estado miembro de la Unión. Con ello, Estados Unidos expresa que su alianza no será, en exclusividad, con Reino Unido, sino que, en realidad, lo que interesa es su vinculación con el conjunto de la Europa comunitaria. Por esto, el presidente norteamericano ha apostado por la entrada en vigor del acuerdo comercial y de inversiones transatlántico (TTIP), que, a la postre, supone un nexo económico muy significativo entre Europa y Estados Unidos. Sin duda, habrá que introducir factores de protección laboral y social en este acuerdo y, también, habrá que incorporar cláusulas de contenido medioambiental. Pero, en el fondo, un acuerdo de este tipo se sitúa en la línea de lo que viene sucediendo en el conjunto de las relaciones económicas internacionales. Asimismo, la cuestión de los refugiados ha ocupado la atención del presidente de Estados Unidos, que ha puesto el acento en la necesidad de respetar los valores y principios que inspiran la construcción europea. Es verdad que la regulación de los flujos migratorios, de la naturaleza que sean, debe enfocarse siempre desde la perspectiva de los derechos humanos. También, el presidente Obama se ha pronunciado a favor de la lucha contra el terrorismo yihadista, que debe ser una prioridad de la política europea. La conclusión más clara de esta visita ha sido el compromiso de Estados Unidos con el proceso de integración y su voluntad de seguir siendo un fiel aliado de los europeos que creen en la Unión.