Operación araña

Como no hay mejor desprecio que no hacer aprecio, no he querido pronunciarme respecto a la polémica que las detenciones de quienes aprovechan la libertad y aparente impunidad que ofrecen las redes sociales para soltar todo tipo de barbaridades, han suscitado. En este caso, se trabaja para atajar disparates que se convierten en atrocidades y que hieren la memoria de las víctimas del terrorismo pero también atacan a la dignidad de todo el país. La Guardia Civil, tras una exhaustiva investigación, ha actuado. Y es que el enaltecimiento del terrorismo no puede quedar impune, pero, con el corazón en la mano lo digo, las referencias humillantes y los chistes que se hagan sobre nosotras no suponen ningún ataque moral ni de ningún tipo, justamente porque vienen de donde vienen, es lo mínimo que esperamos de ellos, y como no hace daño el que quiere sino el que puede, hasta me río con esos chistes. De hecho mi libro «Saber que se puede», lleno de anécdotas, experiencias, reflexiones, encuentros, viajes, recuperaciones, deporte, valores... termina precisamente haciendo referencia a los chistes que llevan más de dos décadas haciendo sobre mí, gracias a los cuales, por cierto, muchos conocerán el alcance y absurdo sufrimiento esparcido por el terrorismo en España. Pero cierto que me encanta que me llamen la mujer explosiva, o que digan que lo único que no hago en la piscina es pie, entre otras cosas ¡porque es verdad!, pero no hay que sufrir, sino reírse, ya que como decía Frida Kahlo: «pies para qué os quiero, si tengo alas para volar».