Julián García Candau
Otra vez
Yen esto llegó Jesé y mandó marcar. No fue esta vez el canario quien resolvió el partido como en Valencia, pero fue su pase el que posibilitó que Benzema batiera a Yoel y desatascara al Real Madrid, que aunque acabó con resultado rotundo no puede decirse que lo mereciera y no significa que el Celta estuviera a merced del contrario. No será acierto por parte celtista decir que salió satisfecho del Santiago Bernabéu, con la cara alta por el comportamiento de su equipo.
La derrota solamente puede crear indignación en los suyos porque, efectivamente, hizo gran partido y desaprovechó la oportunidad de salir con resultado satisfactorio. Charles tuvo dos veces el mano a mano con Diego López y las marró. Aunque en la primera el guardameta tocó el balón con la punta de los dedos y lo desvió, el jugador del Celta tuvo toda la portería para él. Luego reincidió. A última hora hubo otro momento propicio. Todo su buen juego, toda la buena conducción de la pelota que mostró Rafinha, toda la buena predisposición del equipo para no acongojarse frente al Real Madrid, se malbarató a la hora de rematar.
El Madrid homenajeó antes del comienzo a Eusebio, el hombre que le humilló en dos ocasiones, especialmente en la final europea de 1962, y que falleció el pasado domingo. Cristiano Ronaldo, en su honor aprovechó dos ocasiones para dedicar ambas a su ídolo portugués.
El Celta recibirá elogios. Se dirá que jugó con valentía ante el Madrid. Ante otros equipos más le valdrá actuar con más precaución. Jugando como en el Bernabéu tendrá aplausos generales y llantos de los suyos por el descenso. Jugar bien no siempre basta.
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