Irene Villa
Otro escalón
El Informe sobre Desarrollo Humano 2014 de Naciones Unidas titulado «Sostener el progreso humano: Reducir vulnerabilidades y construir resiliencia», por primera vez reconoce la especial situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las personas con discapacidad y señala el problema de las diferentes barreras arquitectónicas con las que nos topamos a lo largo de la vida, y, en algunos casos y superándose poco a poco, la discriminación a la que ciertas personas tienen que enfrentarse. El Informe presta especial atención a los efectos de las migraciones o los desastres naturales pero también a los grupos que considera «especialmente vulnerables, como las mujeres con discapacidad». Argumenta que cualquier vulnerabilidad supone una amenaza para el desarrollo humano y que si no se hace algo al respecto «el progreso no será equitativo ni sostenible». Defiende el universalismo: todos los individuos tienen el mismo valor y el mismo derecho a recibir protección y apoyo. Fortalecernos y progresar, significa también empoderar a todas las personas, incluidas las que tienen alguna discapacidad. Hay que seguir trabajando para llevar a cabo con éxito políticas a favor de la integración social y laboral de personas con discapacidad. Aunque aún queda mucho camino por recorrer, se agradece cualquier tipo de ventaja para quienes tenemos, como se dice ahora –aunque la mayoría pensamos que ningún término es ofensivo sino cómo sea expresado- más eufemísticamente: «capacidades diferentes», porque nunca dejaré de pensar que discapacidades tenemos todos. Luego nuestro compromiso, el de todos, es ir venciéndolas, superando cualquier obstáculo, comprometiéndonos con quienes lo tienen más difícil, y hacerlo escalón a escalón.
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