Lucas Haurie

Otro poder, el mismo poder

Otro poder, el mismo poder
Otro poder, el mismo poderlarazon

La España machadiana de cerrado y sacristía, la del quijotesco lamento «con la Iglesia hemos topado», ha periclitado definitivamente. En Lepe, rompeolas de todos los cachondeos (otra paráfrasis de don Antonio), las imágenes de una hermandad han sido embargados por orden del juzgado a dos semanas del Jueves Santo, que es cuando les tocaría salir en procesión. Inimaginable suceso en el país de nuestra educación sentimental sin que el osado juez siguiese la misma suerte que el corregidor abusón de Fuenteovejuna. Pero, tan enfermos de relativismo estamos ya, que se disparan los rigores de la burocracia del Derecho Mercantil al corazón mismo del fervor religioso sin que nadie se llame a andana. El tallista denunciante tiene que cobrar por su trabajo (4.700 euros más 1.000 por intereses de demora), eso está claro. Pero, ¿no puede recaer la responsabilidad sobre los miembros de la junta de gobierno derrochona y no dejar en plena Cuaresma a los devotos cofrades sin sus titulares? ¿Cuántas empresas quiebran cada semana por impagos diez, cien veces superiores, de las administraciones? No ha cambiado, o sea, la perra condición servil de este país; sino que antes inclinábamos resignados la cerviz ante el poder religioso como ahora lo hacemos ante el poder político. Nunca conoceremos la cuantía de las deudas acumuladas por los partidos y sindicatos, condonaciones multimillonarias incluidas. Pero a dos centenares de nazarenos y a un par de cuadrillas de costaleros los tienen en un ay por menos de lo que se gasta Susana Díaz en un weekend parisiense.