Ely del Valle

Pesadilla recurrente

La Razón
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Dá mucha pereza pensar que en cuanto acaben estas fiestas volveremos a saco con el tema de Cataluña por culpa de esas elecciones absurdas y a destiempo en las que nada se ha resuelto para que todo continúe igual: fuga empresarial, – Sí, yo también he recibido el WhatsApp de «PP, otra empresa que se marcha de Catalunya»–, venida arriba de Puigdemont o similar con nuevo saqueo al FLA para arreglar lo que han destrozado, y sobre todo un profundo agotamiento moral de quienes por primera vez salieron a la calle a denunciar un régimen totalitario y excluyente largamente silenciado y que ahora, tras un 155 de visto y no visto, verán cómo regresa campando a sus anchas lo peor de un independentismo que no tendría porqué ser malo per se pero que se ha convertido en una pesadilla total y recurrente.

La victoria muy meritoria de Cs fue bonita mientras duró, que fueron los cinco minutos en los que Arrimadas felicitaba a los suyos y el recuento electoral le otorgaba el diputado 37. A partir de ahí nadie ha vuelto a hablar de esa victoria a excepción del PP que le ha pedido a quien no puede gobernar que lo intente.

Es más, en un gesto que retrata a los que sí van a volver a formar Govern, ni ERC, ni JxCat, ni, por supuesto la CUP tuvieron la decencia de felicitar al ganador y subieron a la palestra con el morro pringado de la tarta que ya se habían lanzado a devorar incluso antes de que saliera definitivamente del horno. Resumiendo, llega otro año más e increíblemente Cataluña sigue pareciendo el equivalente territorial de la nave del holandés errante, condenada a vagar sin rumbo y en manos de una tripulación fantasma. Y los demás a contarlo. Una pereza, en serio.