Restringido
Pie de foto
Me quedo estupefacto viendo a los sindicalistas andaluces gritando contra la juez Alaya a las puertas de los juzgados de Sevilla. Durante algunos minutos observo la postura de los liberados y reflexiono. Son una media docena de individuos con cara de mala leche y los puños cerrados, no sé si en alto, o simplemente en posición vertical. En ese momento recuerdo mis inicios en esta profesión, cuando tenía que titular las crónicas de otros, y escribir los pies de foto. Durante unos minutos vuelvo a aquellos tiempos y pienso cuál sería el pie de foto que escribiría cundo era un aprendiz de periodista. ¡Coño, ya lo tengo! «Los miembros de UGT de Andalucía se juegan a los chinos las comisiones de los ERE». Para alguien que no tiene la mala leche de quienes son capaces de mentir sin mover un músculo de la cara, la imagen de quienes insultaron groseramente a la juez que lleva meses intentando sacar a la luz una de las historias de corrupción más tremebundas que hemos vivido en los últimos treinta años, esa foto de sindicalistas abonados a la mamandurria, lo que provoca son auténticas náuseas. Sobre todo después de escucharles comparar las detenciones de sus camaradas con lo que hacían los miembros de la brigada político-social en los años duros del franquismo. Nada, absolutamente nada, tiene que ver lo que hacían los fascistas con lo que ocurre ahora. Nada, salvo que los sindicalistas de UGT, y en parte también de CCOO, mantengan la vieja ideología del todo vale de la que vivían los sindicatos verticales del franquismo. Una forma de interpretar las cosas que se mantiene como en los viejos tiempos en los que la ideología sindical sigue teniendo un aroma de sindicalismo vertical, mantenido por las subvenciones estatales y autonómicas.
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