Iñaki Zaragüeta
Política o ruptura
Ver la botella medio llena en lugar de medio vacía resulta más tranquilizador. Por el mismo precio, más vale hurgar hasta encontrar lo positivo que inocularse sólo dosis de pesimismo. Así reflexionaba ayer mi amigo Rogelio al analizar el Govern de Artur Mas en su intento de convencerme sobre el final feliz del asunto catalán. Por algo «la vida es una calle de sentido único».
El carácter político del equipo invita a una doble reflexión. Desde el optimismo, el «arte de lo posible» abre la expectativa del diálogo, del acuerdo sobre la confrontación, de la tensión eludiendo la ruptura, de los hechos sobre las palabras. No deja de ser un punto de vista teniendo en cuenta el talante de Rajoy, paciente como Job (no confundir con Jobs) mas no débil, cimbreante como el junco pero fuerte como el roble. Lo comprobaremos más pronto que tarde.
Por otra parte, los últimos gestos y afirmaciones de Mas rechazan la esperanza de consenso y mantienen la deriva del enfrentamiento contra todo. Contra España, contra la Ley, contra la Constitución... Y para impresionar a quien quiera agarrarse a la primera interpretación continúa en sus puestos el «ala dura» de tiempos recientes.
Tengo la impresión de que la realidad, su dureza, le guiará hacia la vereda de la prioridad, a la preocupación por resolver los problemas financieros, la deuda, el déficit, el empleo, la continuidad de las empresas en Cataluña y el largo etcétera que nos afecta a todos y más a aquella Comunidad. Así es la vida.
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