Angel del Río
Prevención necesaria
Decían los antiguos que «el aire del Guadarrama es tan sutil, que mata a un hombre y no apaga un candil» en alusión a que los fríos de esta tierra mesetaria pueden aparecer por sorpresa y ser más intensos de lo que aparentan, capaces de ser imperceptibles, pero dañinos en grado sumo. Las cosas han cambiado y las barreras térmicas de las grandes urbes suelen atemperar las temperaturas extremas. A pesar de ello, continúan vigentes dichos como: «en Madrid pasamos del calor al frío sin enterarnos» o «cuando menos te lo esperas, en Madrid te hielas». En cualquier caso, en la capital se pone en marcha cada año el Plan contra el frío, para proteger de las bajas temperaturas nocturnas a los indigentes, a los sin techo; y en toda la región, el Plan de Inclemencias Invernales, en el que la Comunidad y los ayuntamientos hacen acopio de sal y de máquinas para estar prevenidos ante el riesgo de nevadas y heladas. Ahora contamos con el Mapa del Hielo, otro instrumento de prevención y actuación necesario para combatir las inclemencias propias de esta época del año, y que fundamentalmente marca una estrategia de medios y recursos para activarse cuando sea necesario.
En estos días de puente, o de falso puente, las calles se llenan de frenesí navideño y las carreteras, de buscadores de las primeras nieves en la sierra madrileña. Hay que estar preparados, porque más vale prevenir que resbalar. No podemos olvidarnos de los grandes atascos, del caos sufrido en algunos puntos de nuestra Comunidad cuando una nevada imprevista nos ha sorprendido en los últimos años. Para evitar situaciones de esta naturaleza, hacen falta instrumentos que permitan conocer aquellas zonas más proclives a sufrir fuertes heladas o nevadas, tener dispuestos los recursos necesarios y abortar situaciones de riesgo. Un Mapa del Hielo es un instrumento útil para que las inclemencias invernales no nos dejen helados, atrapados. Si las previsiones meteorológicas tienen índices de error, al menos que los medios preventivos sean avanzados y se encuentren siempre operativos para afrontar cualquier inclemencia, sobre todo las imprevistas.
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