Primitivos

Según la prestigiosa revista «Journal Of Human Evolution» (a mí no me miren, que yo no paso del especial Famosas por la mañana del «Cuore») los humanos del Paleolítico también iban a la moda. Los encargados de llegar a esta conclusión son científicos de la Universidad de Burdeos (viva el vino), y a los que me imagino relajados y sin la más mínima preocupación por el día en el que se hacen públicos los resultados de sus descubrimientos. Es decir, que esto tampoco va a salvar vidas, para qué nos vamos a engañar. Los trabajos de campo los han hecho en una cueva surafricana con estratos arqueológicos de hace setenta y cinco mil años, que es mucho más de lo que ha durado nunca un gobierno socialista en Andalucía. Allí han encontrado unas conchas perforadas que aquella gente usaba para hacer collares y pulseras, y además, las colocaban de una manera singular: las caras planas y con brilli-brilli hacia fuera, para que se notara el estilazo. Dicen, además, que tampoco aquellas modas duraban mucho, porque en los siguientes estratos ya se ve que se colocaban de dos en dos y ya sin destellos. Eso por no hablar de las estolitas echadas por los hombros o los gorritos con pelo, súper caquis, y que son los que llevan ahora las princesas herederas europeas para ir a la nieve. Haciendo parada en Ponferrada, quizá los investigadores de Burdeos llegaran a la conclusión de que con el Paleolítico nos unen muchas cosas más. El macho dominante gana seis mil votos, la hembra acosada huye, y el grupo opta por el ejemplar más poderoso, por supervivencia. Luego nos dirán que no conviene enfadarse por el bien del sistema.