Gonzalo Alonso

Rattle toma Madrid

La Filarmónica de Berlín ofreció su primer actuación en 1882 bajo dirección de Ludwig von Brenner. Desde entonces fueron sus titulares Von Bülow, Nikisch, Furtwängler, Celibidache, Karajan, Abbado y Rattle. Su presencia en Madrid tiene larga tradición. El público actual puede recordar probablemente sus conciertos en el viejo Teatro Real con Karajan al frente. Sus visitas no sólo trajeron magnífica música sino que permitieron el nacimiento de muchas amistades en aquellas larguísimas colas que formamos. Dormimos dos noches dentro de coches aparcados en las proximidades, amortiguando el frío con vino, para poder gritar «¡presente!» en los pases de lista que se realizaban cada cuatro o cinco horas. Posiblemente aquello fue el inicio del «botellón». La orquesta llegó a celebrar uno de sus anuales conciertos gratuitos en el monasterio de El Escorial en 1992 con Barenboim en el podio. Una de las primeras ideas de Mortier fue que Rattle y la Filarmónica se vinculasen al Real durante tres temporadas con un título anual –«Carmen», «Salomé» y «Parsifal»– y un coste de 7,5 millones de euros. El acuerdo se firmó con el Festival de Pascua de Salzburgo y el Ayuntamiento iba a aportar buena parte de esa suma cubriendo el déficit que se originase tras taquilla y patrocinios.

Estábamos poco antes de las elecciones municipales de 2011 y a Ruiz -Gallardón alguien le convenció de que no era momento para aquellos dispendios y que su propia imagen podría verse perjudicada al firmar un acuerdo como alcalde sabiéndose que era abonado a los conciertos televisivos de la orquesta. El Ayuntamiento no llegó a oficializar su colaboración.

Pero es que en la primavera de 2011, los berlineses rompieron su acuerdo con Salzburgo e hicieron las maletas para Baden Baden, con lo que no serían propietarios de las producciones aún pendientes de realizar. «Parsifal» se sustituyó por «Flauta Mágica». Por otro lado Ana Botella acabó por finiquitar la posible intervención del Ayuntamiento y el Real no consiguió los patrocinios para continuar en solitario. La orquesta y Rattle se avinieron a romper el acuerdo existente a cambio de tres conciertos con la «Novena» beethoveniana por 750.000.

Ibermúsica programa hoy mañana otros dos conciertos de Rattle en el Auditorio Nacional, uno de ellos con el Orfeón Donostiarra. Cierto es que esta Filarmónica no esl a que fue con Karajan, pero el caso es que este fin de semana en Madrid, durante tres días seguidos, se va a disfrutar de los berlineses y de Rattle con nada menos que tres programas distintos. ¡Ni Merkel lo tiene en Berlín!