Paloma Pedrero

Recordar

La Razón
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El once de marzo de 2004 era jueves, siendo alrededor de las 7,40 horas de la mañana cuando estalló la primera bomba en Atocha. El once de marzo de 2016 cayó en viernes, y fue alrededor de las 20,30h cuando un grupo de gente del teatro y público afín nos reunimos en el Teatro Español para conmemorar la tragedia a través del arte. Hay que re-cordar, porque sólo así los que murieron seguirán con nosotros. Vivos en nuestra memoria, susurrándonos al oído que somos mortales y vulnerables, que está en nuestras manos el cambiar las cosas. Porque, queridos, la violencia vive en cada uno de nosotros y únicamente el ser conscientes de ello nos permitirá transformarlo. El saber que podemos domeñar esa fiera pavorosa porque tenemos el poder de la reflexión y la palabra. De nada sirve culpar al mundo de nuestros males, hay que pasar a la acción. Comenzar por nosotros mismos y enseguida arremangarnos para la tarea, pues sólo a través de la creación, en el más amplio sentido, podremos desprendernos de ese enojo ancestral. Por eso el viernes once de marzo nos reunimos para hacer teatro, para transformar ese dolor que todos sentimos aquel día, en belleza. Para lanzar un grito de amor contra la violencia. El terrorismo no es historia pasada. Nos amenaza ahora como las guerras indignas que están llevando a miles de personas a vivir en el fango helado, mientras Europa juega a los dados para ver a cuántos de esos deja entrar en su “paraíso”. Me avergüenzo de esta realidad. Y no actuar nos hace responsables. Nuestra compañera Irene Villa, maravilloso ser, nos acompañaba el viernes en el teatro, sonriendo y dando amor serenamente. Queriendo recordar.