Reinventar la rueda

«La Comisión Europea no puede reinventar la rueda». Con esta frase respondió un portavoz de la misma a las peticiones sobre la aprobación de medidas para apoyar a los sectores en crisis, principalmente los de productos lácteos y porcino, a los que ahora se ha sumado el de las hortalizas. La gran diferencia entre los dos primeros es que la situación crítica se ha convertido ya prácticamente en estructural, porque se prolonga desde hace más de ocho meses, mientras que en el último es coyuntural a consecuencia de la climatología de este invierno. La citada frase refleja, según la Comisión Europea, que tiene las manos atadas por la falta de dinero y por la escasez de instrumentos de regulación de los mercados, que se han ido desmantelando en las sucesivas reformas de la PAC. A ello habría que añadir otro hecho: esos pocos instrumentos existentes se ponen en marcha tarde y mal. Todo lo anterior nos lleva a la necesidad de abrir un debate sobre el papel que debe tener la regulación de los mercados dentro de la PAC.

Evidentemente, lo primero y más urgente es buscar soluciones eficaces para sacar a los sectores de productos lácteos y de porcino de la prolongada crisis por la que atraviesan. Las medidas adoptadas en el llamado paquete ganadero del pasado mes de septiembre no han servido para ello. Pero, en paralelo, toca abrir el citado debate de fondo, que debería incorporarse a la «revisión intermedia» de la última reforma de la PAC, tanto si se queda en eso, como si se convierte en una «reforma de la reforma», como quieren algunos Estados miembros. Lo que está claro es que no se puede mantener la situación actual, en la que la PAC no sirve para hacer frente a crisis de precios, algo que puede convertirse en habitual dada la gran cantidad de factores que intervienen hoy en día en los mercados de productos agroalimentarios.